Todos sabemos lo que ocurrió hace una semana: un accidente en la Línea 12 del Metro que dejó 25 muertos y 79 heridos, algunos de gravedad. Abundar sobre los detalles no tiene caso, todo está dicho: un tren público, en horario laboral, se cayó sobre la cabeza de transeúntes y automovilistas matando e hiriendo, sin hacer distingos, a unos y otros, incluidos empleados y usuarios del servicio.
El incidente sirve para demostrar todo lo que MORENA es o representa. ¿Por ejemplo? Una estupidez que parece no tener límites. Resulta que la excusa de algunos es que el gobierno que se ocupó de la obra fue del PRD, cierto; pero resulta que gran parte de esos perredistas militan, ahora, en MORENA. Dos destacados ejemplos son Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, actual Jefa de Gobierno de la Cd. de México, y el Secretario de Relaciones Exteriores, ambos morenistas. Pero no nos quedemos ahí, otros tres involucrados son: Jorge Alanís Días Leal, Secretario de Obras y Servicios del entonces Distrito federal y actual Secretario de Comunicaciones y Transportes en el Gobierno de AMLO; Mario Delgado, presidente en funciones de MORENA, entonces era secretario de Finanzas del Distrito Federal; así como Armando Quintero Martínez, secretario de Transporte y Vialidad, es el actual Alcalde de Iztacalco, por el mismo partido.[1]
MORENA es, además, ejemplo de un cinismo desbordado. Hablando del accidente, el Presidente López Obrador se lamentó de la “raja política” que quieren sacarle al tema por tratarse de época electoral. ¡Andrés Manuel! ¡El Rey de las Rajas Políticas quejándose! Resulta monstruoso que ante un desastre de tales dimensiones, este imbécil salga con el tema del “Partido Conservador”. ¿Partido conservador? ¿Cuál partido conservador? ¡No existe un partido conservador en México! Para colmo, en un inexplicable acto de prestidigitación mediática, tal pareciera que en una tragedia de esa magnitud, la víctima fuera él y no las decenas muertos y heridos: “La regla es que tenemos la prensa más injusta, la más distante, la más lejana al pueblo y la más cercana a los grupos de poder conservador. Es un tiempo de oscuridad para los medios de información”.[2]
Además de estúpidos y cínicos, con la serie de maniobras evasivas para distraer la atención, MORENA da muestras de un desprecio brutal por el dolor ajeno. Desde meses antes, vecinos del lugar del accidente denunciaron, y especialistas lo advirtieron: había fallas estructurales en Línea 12.[3] La dejadez criminal de las autoridades costó la vida de decenas de personas y la lengua viperina más rápida del país, la que sin pruebas acusa cada mañana a diestra y siniestra a sus adversarios, reales o imaginarios, pide mesura y tiento.
¡Si está clarísimo! Desde hace meses, existía evidencia de que esta catástrofe podía ocurrir; es decir, existía el riego de que ocurriera tal cosa. Más aún, semanas antes, ese riesgo evolucionó en peligro inminente y ni así las autoridades tomaron cartas en el asunto (un riesgo es una situación que puede evolucionar hasta convertirse en peligrosa; en cambio, un peligro es una situación tal que, de no modificarse alguno de los parámetros identificados como riesgosos, desembocarán en un accidente[4]).
La incompetencia de los gobernantes también es corrupción, como les gusta decir a los panistas; pero cuando esa incompetencia cuesta la vida de cientos de miles de compatriotas la cosa cambia y deja de ser solo incompetencia, o corrupción, para convertirse en algo peor. México está en proceso de acelerada putrefacción. La podredumbre alcanza los nichos más altos de poder y desde ahí chorrea por todos lados y todo lo ensucia, lo descompone, lo desarregla, lo mata: no solo es el infortunio de quienes perdieron la vida en este accidente; son los muertos de Tlahuelilpan, los casi 321 mil 59 asociados al Covid-19,[5] los 80 mil 582 asesinados en 28 meses de gobierno.[6]
Hace justo quince años, durante 2016, nos lo advirtieron: Andrés Manuel es un peligro para México. En aquel momento, la ciudadanía hizo caso de la advertencia y decidió que no podía entregar su voto de confianza a ese loco. Ahora, pagamos las consecuencias de haber desoído, de haber olvidado, el aviso. Este año, es la última oportunidad para impedir que MORENA destruya México. Después, créamelo, no habrá remedio.
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