*El regreso de los demócratas y la detonación del flujo migratorio.
*El caso Salgado Macedonio y la politización de la justicia.
El fenómeno migratorio se ha visto acrecentado en la frontera entre México y Estados Unidos, en buena medida, debido al arribo de Joe Biden a la presidencia del país vecino, pues la llegada del partido demócrata a la Casa Blanca generó amplias expectativas en miles de latinos aspirantes al “sueño americano”.
Hoy, el tema continúa siendo uno de los puntos principales de la relación diplomática entre ambas naciones, pues, no obstante el contraste entre la postura aparentemente pro-migrante, del presidente demócrata, y la rudeza que caracterizó a su antecesor Donald Trump -en el trato hacia los migrantes-, Estados Unidos tendrá que mantener cierta rigidez en el control de su frontera sur. Pueden ser diversas las causas de un eventual endurecimiento en la política migratoria de la administración Biden, entre los factores que inciden en ello se encuentran los de carácter económico, sanitario y social.
El gobierno estadounidense sabe que no puede caer de modo indiscriminado en una laxitud o relajamiento del manejo del tema migratorio, pues antes de flexibilizar las normas y controles que tradicionalmente ha aplicado, debe analizar cuidadosamente los eventuales impactos o riesgos que en materia demográfica, económica, sanitaria, de asistencia social y de seguridad pública, tendría un incremento considerable en el ingreso de migrantes latinoamericanos. Así, el tema migratorio se ha visto detonado con la asunción al poder por parte del actual mandatario estadounidense, y continuará teniendo fundamental importancia para la agenda bilateral que atienden los gobiernos de los presidentes Joseph Biden y Andrés Manuel López Obrador.
Ha levantado una diversidad de comentarios la reciente resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), respecto al caso del ex candidato de MORENA al gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio. Es sabido que recientemente el Instituto Nacional Electoral (INE) retiró a Salgado la candidatura, en virtud del incumplimiento de éste en materia de rendición de cuentas sobre gastos de pre-campaña, al no haber acatado las normas que lo obligan a dar cuenta de ello al órgano electoral.
También, son del dominio público la amistad que une a Félix Salgado Macedonio y al presidente Andrés Manuel López Obrador, así como el interés del mandatario nacional por postular a su amigo como candidato morenista al gobierno guerrerense. Otro ingrediente en la trama de este asunto lo constituye la pública confrontación que el presidente de México ha mantenido con Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del INE, en relación tanto al caso Salgado, como respecto a los constantes advertencias que el órgano electoral le ha hecho al titular del Poder Ejecutivo Federal, para que en acato a la ley se abstenga de intervenir en el presente proceso electoral, así como de hacer proselitismo a favor de su partido.
Bajo tal entorno, el caso del retiro de la candidatura de Salgado Macedonio llegó a manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, quien lejos de emitir una resolución definitiva sobre el asunto -en la opinión de algunos, de manera evasiva y evitando confrontarse con López Obrador-, resolvió devolver el caso al INE, a fin de que sea éste el que decida si confirma la sanción impuesta al morenista, o le aplica una distinta. Hay motivos para pensar que la resolución emitida por el TEPJF se vio fuertemente influenciada –¿amenazada?- por la postura política del presidente López Obrador.
Sobre este controversial asunto, el diario Excélsior, de circulación nacional, en el encabezado de su primera plana de la edición del 10 de abril de 2021, publicó: “Regresa expediente al INE. TEPJF se achica; ordena revisar el caso Salgado”. Por su parte, el titular del INE, Lorenzo Córdova, ha dicho que la institución a su cargo no se dejará amedrentar; además, ha expresado: “Y, en el discurso contemporáneo, bueno, ya hasta a las autoridades electorales hay quién dice que deben morir, que deben erradicarse, en fin, eso habla, digámoslo así, de este fenómeno disruptivo de la polarización”… “hay quien quiere construir desde ahora, como ocurrió en las elecciones de Estados Unidos, una narrativa del fraude”.