Abuela Delma, le dicen cariñosamente todos los aficionados a las carreras de caballos que llegan desde distintos puntos del Departamento a comunidades de las provincias Cercado y Marbán, donde según calendario, está fijada la fiesta hípica.
Es válido mencionar, que el papel de la mujer en distintos ámbitos de la sociedad, está cargado de múltiples prejuicios, algunos de ellos erradicados en el tiempo. A diferencia del fútbol y otras disciplinas deportivas, las mujeres se fueron incorporando paulatinamente hacia actividades que en otras épocas eran exclusivas para hombres. Las carreras de caballos ahora ganan más seguidores.
Muchos de los valores predominantes de los habitantes de la provincia Marbán y en particular de la comunidad San Lorenzo, fueron retomados por gente de otras latitudes como modelos a emular, por sus características propias: rescatar las costumbres y tradiciones, fortalecer el vínculo de amistad entre vecinos, pero sobre todo, generar movimiento económico en determinadas comunidades.
Delma Zabala Hurtado, es parte activa de las carreras de caballos, no solamente como aficionada sino que aporta con animales que se destacan por su velocidad y flexibilidad, cualidades que han sido perfeccionadas en el día a día.
Antes de cada carrera, los animales son observados detenidamente por apostadores que requieren ver su condición. Posteriormente los caballos y jinetes van hacia la pista, mientras que los espectadores acuden a realizar las apuestas. Tras la carrera el binomio ganador vuelve al centro de la pista para la toma de fotografías y entrega de dinero ganado al propietario. Esos detalles son por demás conocidos por nuestra entrevistada.
A sus 77 años la señora Delma Zabala Hurtado, representa un antes y un después de esta apasionante competencia, poco a poco se convirtió en referente para las mujeres que gustan de este deporte. “Solo quiero decirles a todos los que piensan que las mujeres no somos lo suficientemente fuertes, nosotras simplemente vencemos al mundo”, proclamó con voz dulce y pausada.
“Es una actividad muy bonita, reúne a muchas familias, nos distraemos, hacemos amistad con vecinos de otras comunidades, compartimos experiencias, pero lo más importante que se deja beneficio para las familias. Las amas de casa venden comida, refresco y algunos productos derivados de la actividad ganadera”, apuntó.
Cuenta que nació en San Andrés, pero que en el transcurrir de los años, junto a su esposo, se fue a vivir a San Lorenzo, lugar donde ha pasado la mayor parte de su vida. Su esposo falleció hace tiempo y ahora junto a sus 7 hijos disfruta de la vida de campo, de la gastronomía, pero sobre todo del cariño de la gente, que la visita en su casa para compartir una charla amena.
Reconoce que en las apuestas, hay veces que se gana pero también se pierde, la dinámica forma parte de la afición y la forma de interactuar con la gente que llega de diferentes lugares.
La abuela Delma, ha sabido adaptarse a los cambios que se le han presentado en la vida, sobre todo, en tolerar incertidumbre y ambigüedades, gracias a su carisma e inteligencia emocional que le ha permitido mantener una familia unida, misma que se construyó con sólidos valores morales y espirituales.
De manera gradual se van retomando las actividades relacionadas con las carreras de caballos, en diferentes comunidades, por ello es que los propietarios de animales aplican el método de entrenamiento para que desarrollen su velocidad, intentando cubrir una distancia sin cansarse extenuarse. Share on facebook Facebook Share on whatsapp WhatsApp Share on twitter Twitter Share on print Imprimir