“Existen ciertas perturbaciones emocionales que en ocasiones precipitan la sobrealimentación y acompañan a la obesidad, por ejemplo, tensión emocional fuerte, ansiedad, culpa, frustración, sentimientos de rechazo, presión, vulnerabilidad. Sin embargo, todos estos no son considerados como causa principal sino como una onsecuencia por lo que es importante detectarlos en situaciones de vulnerabilidad”, informó la catedrática de la Facultad de Enfermería y Nutriología de la UACH, Master Internacional en Nutrición, Marcia Mendoza López.
En el marco del Día Mundial de la Obesidad que se conmemora este 4 de marzo, la Universidad Autónoma de Chihuahua exhorta a la sociedad en general a prevenir esta enfermedad a través de la actividad física y la correcta alimentación.