DESPUÉS de lamentar el asesinato y muerte de la productora agrícola de Estación Consuelo en Meoqui, acribillada por la Guardia Nacional en Delicias, hay que decir que la sociedad chihuahuense, tiene algo que celebrar y es que, es esposo de Yéssica, también baleado en el mismo evento, recibió su alta médica, luego de un mes de la tragedia.
Los productores lo dicen bien, Jaime Torres, la libró, pese que recibió tres impactos de bala de las potentes armas de la Guardia Nacional, “sólo Dios sabe por qué él sí y su esposa no”. Eso dice y dicen.
Es la mejor noticia para la región y para los solidarios chihuahuenses en el conflicto de agua. En el de los auténticos, los que aman el agua y no quieren sangre en sus campiñas.
Jaime en su círculo familiar está en su mismo posicionamiento, así lo reiteró a los medios de comunicación serios, en la afirmación de que no traían armas; que nunca se atravesaron al convoy del Ejército y nada le robaron a la Guardia Nacional, ni siquiera un recuerdito, luego de que recuperaron el control de la presa La Boquilla.
Dice que el ataque fue sorpresivo, mientras intentaban, en Delicias, cargar combustible para llegar a casa el su troquita Datsun 79. Logró pedir ayuda; intentó dar fortaleza a su esposa; luego desvaneció, hasta que apareció en un hospital privado en Chihuahua. Yéssica murió.
Jaime insiste en lo que dijo días después de que hizo público a través de una grabación difundida en redes días después de haber abandonado terapia intensiva: La Guardia Nacional no atacó por la espalda. Una cobardía.
En Chihuahua, hay que reconocer que los agentes municipales de Delicias elaboraron el parte policiaco, pese a que los militares de la Guardia les pidieron retirarse. La Fiscalía de Peniche está en mutis.
No obstante está el dicho del esposo baleado, las fotografías, los videos y el testimonio de testigo y las crónicas periodísticas.
Aunque nadie ha escuchado a Jaime, salvo los medios de comunicación. La víctima y sobreviviente de pide dos cosas, que la muerte de Yéssica, quien le ayudaba en el cultivó de una hectáreas de alfalfa, sirva de motivo en la lucha de sus pares en la defensa del agua.
Claro, que el asesinato, no quede impune, pero además oferta si vida por el agua, pues sabe que en el desierto de Chihuahua, siempre habrá vida, si existe agua, sin necesidad de violencia ni de los extremos en los que el presidente López Obrador, ordenó para Yéssica.
El atentado por lo pronto, para Jaime significa dañó en cuerdas bucales y parálisis en el extremo derecho; ojalá y como dicen los campiranos, que pronto se recupere. Jaime aún en sus condiciones es un firme soldado en defensa del agua para los productores.
QUÉ le va a decir Corral a los productores en defensa del agua y al artero asesinado de una mujer campesina, pues nada, lamentarlo es poco en donde las condolencias sobran.
A Corral le rompen la interlocución o el mismo la rompe en esta nebulosa creada, para desaparecer desde el centro del país desde el centro del Estado el conflicto del agua en donde algunos políticos y gobernantes pueden ganar algo, por lo menos el desprestigio.
AMLO y Corral ya no se acuerdan del crimen real de Estado, y para desviar la atención se entrampan en una confrontación en una lucha por sus intereses.
Lo que realmente interesa ya se les olvidó en las mañaneras de Corra y López Obrador. Digámoslo en En español, las presas internacionales, las de Nuevo León y Tamaulipas tienen agua suficiente para pagar este quinquenio y el que sigue
Pero AMLO, comete un pequeño error pegarle a Corral como opositor, significa enaltecerlo, lo que en nada beneficia a los chihuahuense y menos a los productores, pero el gobernador chihuahuense le gusta y emociona que lo coloquen a la altura del presidente, pues quiere la presidencia del país.
Y buena cada quien, el pero es que la soberbia y protagonismo de ambos, por lo pronto están hundiendo a Chihuahua.