Ojinaga Chih.- La Obra que se lleva a cabo en nuestro hogar, es de Dios, no nuestra. Él es el Arquitecto, nosotros somos solamente sus obreros, dijo ayer el Pastor Roberto Gutiérrez, durante su sermón en “EL Restaurador Adicciones”, sustentado su mensaje en el Salmo 127:1.
Él es el dueño nosotros los que seguimos sus planes. Cuando pretendemos edificar por nosotros mismos, nuestro trabajo es en vano.
Sin el fundamento de Dios que es Cristo Jesús, en nuestras vidas, todo lo que construyamos se derrumbara, no permanecerá. Dice su palabra que separados de El nada podremos hacer.
En hebreo la base de la palabra “construir” (banah) es la base para las palabras casa “ceith” hijo (ben) e hija (bath). Los Hijos y las Hijas, junto con los Padres forman la familia, de la misma manera que el ladrillo, el hierro y las láminas construyen un edificio.
Dios además de edificar la familia, también vela para cuidarla, y que todo funcione bien en el hogar. Solo así, la obra que Dios planeo para el hogar, permanece firme, levantada, edificada.
¡Una casa y un hogar no es lo mismo!