Con casi 450 capítulos previos, el pasado 2 de septiembre inició la tercera temporada de los monólogos del presidente Andrés Manuel López Obrador, mejor conocidos como “las mañaneras de AMLO”.
Con apenas dos temporadas y una más en progreso, la serie “Conferencias de prensa matutinas”, transmitida desde el 3 de diciembre del 2018 a través de múltiples plataformas mediáticas y redes sociodigitales, se ha convertido en un espacio en el que predominan los monólogos del Presidente; contrariando así, lo asegurado constantemente por el guionista, director y protagonista de esta producción -en esencia, televisiva- que lleva el sello y firma de la 4T.
Y es que tomando en cuenta que dicha producción mediática fue presentada como un espacio a través del cual el Presidente cumpliría con el mandato constitucional de informar al pueblo, y mediante el cual -además- el gobierno de la 4T mantendría un “diálogo circular” con los representantes de los medios de comunicación, es indiscutible el hecho de que -en su mayoría- se trata de un espacio en el que, a través de los monólogos (y a veces, soliloquios) del presidente López Obrador, se reúnen, se fusionan y se manifiestan -sin recato alguno, y en voz del Presidente- la infoxicación, el discurso de odio, las noticias falsas o engañosas, la posverdad y la infodemia.
Quesque “conferencias de prensa” con un ejemplar y novedoso modelo de “diálogo circular con representantes de los medios de comunicación”…
Una cosa es que se trate de un espacio innovador en el que los periodistas pueden interactuar con el titular del Ejecutivo Federal, y otra muy distinta es que la interacción sea real y efectiva. Una cosa es que algunos periodistas tengan la “suerte” de ser elegidos para cuestionar al presidente de la República, y otra muy distinta que él les responda de forma concreta, adecuada y oportuna. Una cosa es que el presidente López Obrador tenga la oportunidad de responder directa, veraz, objetiva y respetuosamente, y otra muy distinta que responda con monólogos agresivos y hostiles que -por lo regular- no tienen nada que ver con el fondo del cuestionamiento hecho.
El caso es que ya vamos en la temporada 3 de esta innovadora -y a la vez, primitiva- serie caracterizada por los monólogos del presidente López Obrador, y todo parece indicar que no habrá cambios sustanciales en pro del derecho a la información y de la libertad de expresión. Todo apunta a que, a lo largo de esta tercera temporada -que acaba de iniciar-, seguiremos siendo testigos de que realidad no hubo, no hay y no habrá “diálogo circular”, y que los monólogos del presidente López Obrador -o los de sus invitados ocasionales- privilegian (como bien lo señaló Sebastián Salamanca) las narrativas oficiales del titular del Ejecutivo Federal.
En esta ocasión, finalizo parafraseando lo dicho alguna vez por la periodista, crítica literaria y escritora inglesa, Rebecca West: En las mañaneras no existe el diálogo circular. Es una ilusión. Hay monólogos que se cruzan, eso es todo.
Aída María Holguín Baeza
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