Desde el 1 de junio, día en que comenzó el desconfinamiento gradual en el país, las calles de las ciudades comenzaron a llenarse de autos y personas, muchas sin las medidas de protección necesarias para evitar contagios, como si por decreto el virus se hubiera esfumado.
Especialistas consultados por El Sol de México coinciden en que la flexibilización de las restricciones de movilidad provocará un episodio similar al observado días después de las celebraciones del Niño y de la Madre, cuando centenares de personas rompieron el confinamiento para salir a festejar.
Bastaron dos semanas para que las estadísticas oficiales reflejaran el efecto de no quedarse en casa. De promediar mil 700 casos diarios en los primeros días de mayo, México pasó a superar en varias ocasiones cuatro mil contagios por Covid-19 a partir del 18 de ese mes.
El gobierno federal, en voz del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, advirtió el pasado 1 de junio que existe un riesgo de rebrote si los gobiernos estatales relajan las medidas sanitarias tras la conclusión de la Jornada de Sana Distancia.
El epidemiólogo Óscar Sosa Hernández cree que el repunte es inminente pero considera erróneo llamarlo “rebrote” en tanto que no se ha controlado la primera oleada del virus.
“Para hablar de rebrote, quiere decir que tú ya tienes controlado el brote y con todo respeto, solamente en la Subsecretaría creen que está domada la pandemia o está controlada”, indica el especialista.
Sosa Hernández, quien cuenta con una Alta Especialidad en Epidemiologia Hospitalaria, considera además que la Jornada de Sana Distancia terminó antes de lo necesario.
Destaca también que el gobierno federal no ha sido lo suficientemente claro en sus mensajes a la población, que ha interpretado la nueva normalidad como un retorno a sus actividades a niveles previos a los que había antes de la pandemia.