Texas se une a un puñado de estados de Estados Unidos que comienzan a levantar la mayoría de las restricciones impuestas para frenar el avance del coronavirus. De acuerdo con el gobernador la reapertura económica será por etapas.
La primera fase entra en vigor ayer viernes y se espera que la mayoría de los negocios reanuden operaciones, aunque con algunas restricciones.
Para el gobernador Greg Abbott “las vidas salvadas no tienen precio. Pero el costo ha sido muy elevado”.
Al anunciar el plan el gobernador explicó que permitirá a centros comerciales, restaurantes, museos y salas de cine operar al 25 por ciento de su capacidad, resguardando la regla del distanciamiento social.
Arnaldo Richards dueño de un restaurante local dijo que están conscientes que tendrán que acatar las debidas medidas.
“Todos van a tener que utilizar cubrebocas, los guantes yo no los recomiendo porque muchas veces es peor usar guantes. Obviamente en cuestión de preparación de comida todos mis muchachos en la cocina tienen guantes. Pero eso es cuestión de sanidad y eso lo hacemos de todas maneras. En las mesas posiblemente cuando se entregue la comida la persona que la va a entregar, que son lo que aquí llamamos los ‘food runners’, ellos si van a traer los guantes”.
En los restaurantes no se permitirán grupos de más de 6 personas por mesa, las que estarán a seis pies de distancia unas de otras. Los empleados que presenten alguno de los síntomas relacionados con el COVID-19 no podrán trabajar.
Los bares, gimnasios y salones de belleza tendrán que esperar un poco más para recibir clientes.
Según las estadísticas del departamento de salud del estado, el número de contagiados con coronavirus ronda los 30.000 y los fallecidos alcanzan los 800. Algunos temen que relajar las medidas de confinamiento provoque un repunte en esos números.