Mientras que -prácticamente- todos los mandatarios de los países del continente americano están trazando e implementando serias estrategias para aminorar consecuencias sanitarias del Covid-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que sus poderes mesiánicos, sus amuletos y sus frases ocurrentes serán suficientes para proteger a México de la actual pandemia.
Con imágenes religiosas como “escudo protector”, un trébol de cuatro hojas y un billete de dos dólares, es como -hasta el momento- el presidente López Obrador piensa enfrentar al “enemigo” (entiéndase, coronavirus). “¡Detente, enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo!”, conjuró el presidente durante una de sus “mañaneras.
Así es. Mientras que Andrés Manuel López Obrador trata de vencer y expulsar al coronavirus a punta de amuletos y conjuros, un importante número de jefes de Estado de todos los continentes han asumido la situación como es debido. Es decir, con la seriedad, el compromiso y la firmeza que las circunstancias demandan.
Es por eso que la iniciativa privada, escuelas (públicas y privadas), gobiernos estatales, ayuntamientos, organizaciones no gubernamentales y la sociedad en general optaron por no esperar más, y mejor se han ocupado en diseñar y poner en marcha una serie de estrategias para enfrentar de la mejor manera la inaplazable contingencia.
No conforme con sus estrategias “mágicas y milagrosas”, y yendo en contra de lo que ya se está haciendo en los distintos sectores para mitigar los efectos de la contingencia sanitaria, Andrés Manuel López Obrador ahora le pide al pueblo bueno y sabio que no deje de salir porque todavía estamos en la primera fase de contagios. “Yo les voy a decir cuándo no salgan”, expresó el presidente López Obrador tan solo unas horas antes de que la OMS reportara que México ya entró a la fase 2.
El asunto es que, ante la contingencia sanitara que ya se está viviendo a causa del Covid-19, las “estrategias” que prioriza el presidente no están a la altura de la situación (nacional ni mundial). Es más, ni siquiera son congruentes ni están apegadas a lo que su propia Secretaría de Salud ha externado, señalado y establecido respecto a la prevención, atención y control de contagios de Covid-19.
Ante tan triste, vergonzante y deleznable conducta del presidente Andrés Manuel López Obrador, solo queda seguir haciendo lo que, como sociedad, hemos estado haciendo durante estos últimos días. Es decir, seguir con la estrategia de no hacerle mucho caso a las ridículas “estrategias” del presidente, seguir acatando todas las medidas de prevención y protección dadas a conocer por las autoridades competentes (no por las incompetentes) en materia de salud, y mantenernos informados a través de fuentes oficiales confiables.
Finalizo en esta ocasión, citando lo dicho alguna vez por el estratega y filósofo chino, Sun Tzu: “El arte de la estrategia es de importancia vital para el país. Es el terreno de la vida y la muerte, el camino a la seguridad o la ruina.”
Aída María Holguín Baeza
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