China.- El Shanghai East Hospital de la Universidad de Tongji ha anunciado la aprobación con urgencia de un proyecto para desarrollar una vacuna contra el nuevo coronavirus (2019-nCoV) que está causando un brote de neumonía potencialmente mortal en China y otros países asiáticos.
El equipo chino que trabaja para desarrollar una vacuna con la que combatir el coronavirus de Wuhan -que ya ha dejado al menos 107 muertos- asegura que espera poder comenzar las pruebas de la vacuna, producida conjuntamente por el Hospital Oriental de Shanghái -dependiente de la Universidad Tongji- y la compañía shanghainesa de biotecnología Stermirna Therapeutics, en menos de 40 días, informa la agencia estatal Xinhua.
El director ejecutivo de la compañía, Li Hangwen, ha asegurado que se necesitarán 40 días como máximo para fabricar las primeras muestras, que estarán basadas en los avances tecnológicos sobre el ARNm (ARN mensajero, mRNA en inglés), el ácido ribonucleico que contiene la información genética procedente del ADN y que interviene en la síntesis de las proteínas y que puede ser programado para combatir cualquier enfermedad viral, bacteriana o parasitaria “amplificando la respuesta inmune del organismo infectado.
El ciclo de producción de las vacunas puede durar hasta cinco o seis meses, mientras que la vacuna de ARNm tiene la ventaja de un proceso de desarrollo y producción más corto, por lo que no se necesitarán más de 40 días para fabricar las muestras. Después, las muestras serán enviadas para efectuar pruebas y facilitadas a los centros médicos “lo antes posible”, aunque no se ha especificado una fecha concreta para su llegada al mercado.
El pasado domingo, Xu Wenbo, científico del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de China, explicó en rueda de prensa que los investigadores del organismo estaban trabajando en un remedio para la enfermedad “después de lograr aislar con éxito la primera cepa del virus”.
Mientras tanto, la farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson (J&J) también ha comenzado a desarrollar una vacuna, aunque los plazos ofrecidos por el jefe de su equipo científico, Paul Stoffels, son bastante menos optimistas que los de Li, ya que barruntan un año hasta que el producto pueda estar accesible en el mercado.