Muchos historiadores, muchas versiones y muchos antecedentes, todos tejidos entre sí
Cada historiador e investigador que se ha adentrado en lo profundo de la Revolución Mexicana ha obtenido sus datos aportados por sus investigaciones serias y profesionales, que le permiten establecer desde su muy particular punto de vista los antecedentes y las causas que originaron este complejo y singular movimiento armado, el primero del siglo XX.
Sin embargo, lo más probable es que muchos de estos antecedentes y situaciones, con el paso del tiempo se fueron entrelazando junto con otras situaciones y circunstancias que fueron tejiendo el entramado político-social-económico que desencadenó la Revolución Mexicana.
Algunos se remontan a la época Colonial, en donde la Corona española permitió a muchos pueblos conservar propiedades comunales a las que llamaron “ejidos”, mismos que podían ser para asentamientos de comunidades y para terrenos de cultivo; al crecer las comunidades tomaban terreno el ejido para expandirse, y al mismo tiempo, el ejido compensaba esa pérdida, tomando más terreno adyacente para sus cultivos; éstas prácticas pronto entraron en conflicto con terrenos de propiedad privada o de grandes haciendas y por supuesto, los grandes hacendados deseaban exterminar al ejido, que por su parte, deseaba seguir creciendo.
Otros historiadores remontan los antecedentes a 1856 con la famosa “Ley Lerdo”, que declaraba baldías todas las extensiones de tierra propiedad de la Iglesia y de las comunidades indígenas que no se trabajaran; el objetivo era hacerlas productivas en las manos adecuadas, crear una clase media rural, similar a la de Estados Unidos y que se pagasen impuestos por las tierras productivas.
También hay quienes plantean los antecedentes con la llegada de Porfirio Díaz al poder y otros más establecen que entre 1889 y 1890, cuando Porfirio dispone que las tierras comunales se hicieran “parcelables”, esto provocó que muchas comunidades indígenas se quedaran sin sus tierras, al ser estafados por ricos hacendados y funcionarios del gobierno, originando la rebelión de los indios Yaquis en Sonora, los Rarámuris en Chihuahua y los Mayas en Yucatán y Quintana Roo, rebeliones que fueron brutal y salvajemente reprimidas por el gobierno, al grado de que casi llegan al exterminio de esas etnias.
Antecedentes desde 1906
El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), junto con el INAH y el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, son las tres instituciones más sólidas en cuanto a la investigación histórica en nuestro país; el INEHRM ubica los primeros antecedentes de la Revolución Mexicana en el año de 1906.
Ese año de 1906, los anarquistas, subversivos y perniciosos hermanos Flores Magón y su grupo, de manera hábil y paciente habían extendido una red de infiltrados en diferentes ciudades del país, principalmente en centros de la industria minera, la industria textil, los sindicatos y los ferrocarriles; inicialmente en Cananea, Sonora crearon una sociedad secreta llamada Unión Liberal Humanidad y toda esta red de infiltrados comenzaron a sembrar la idea del anarquismo y la revuelta social, apoyados por el periódico subversivo “Regeneración”, que editaban de manera clandestina los Flores Magón, quienes habían fundado el Partido Liberal Mexicano y se habían establecido en El Paso, Texas y en San Luis Missouri, para desde ahí operar sus planes contra el gobierno de Porfirio Díaz.
Porfirio Díaz había ordenado al Secretario de Guerra y Marina, General Manuel González de Cosío detener sin más averiguación a los escurridizos hermanos Flores Magón y su banda, donde quiera que se les encontrase. El 28 de julio de 1906, la Secretaría de Guerra y Marina ubica a Ricardo Flores Magón en Chihuahua como organizador e incitador de la huelga de la Unión Mexicana de Mecánicos del Ferrocarril ahí en Chihuahua; no lo detienen pero le siguen la pista y descubren la guarida del Partido Liberal y del periódico Regeneración en El Paso, Texas; ahí, el 2 de septiembre de 1906, los agentes del gobierno mexicano se dan cuenta de que los Flores Magón están organizando el levantamiento armado en México, donde ya tienen en todo el país a 44 grupos debidamente armados y listos para levantarse.
El Presidente Porfirio Díaz, le solicita el apoyo al gobierno del Presidente Theodore Roosevelt para la detención de los Flores Magón y el 19 de octubre de 1906, en una triple acción simultánea, en El Paso, Texas, el Buró de Inmigración y Naturalización (antecedente de la Patrulla Fronteriza), detienen a Antonio Villarreal, Lauro Aguirre y José Cano; mientras, en San Luis, Missouri es detenido Librado Rivera y en Ciudad Juárez, Chihuahua el Ejército Mexicano detiene a Juan Sarabia, Elpidio Canales y Vicente de la Torre; los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón lograron escaparse de El Paso y se fueron a Los Ángeles, California, pero esa acción sirvió para desarticular el movimiento armado que se estaba organizando en contra del gobierno de Porfirio Díaz, que a punto estuvo de estallar y que por supuesto generó múltiples detenciones.
La crisis de 1907, la sequía de 1908 y 1909 y las declaraciones de Porfirio Díaz
Si bien, es verdad que el gobierno de Porfirio Díaz había traído modernidad y estabilidad social, política y financiera al país, había proliferado la industria, la manufactura, la tecnología, y la agricultura con la tecnificación y la tecnología naciente, la red ferroviaria había alcanzado los 24,000 km, el peso mexicano era más sólido que el dólar americano, sin embargo, todo ese desarrollo había sido a costa del pueblo más marginado, que vivía casi en el esclavismo.
Las huelgas de Cananea, Sonora y Río Blanco, Veracruz, organizadas por los Flores Magón, habían generado ya una cierta crispación social y engendrado un espíritu de lucha social por sus derechos laborales entre los obreros mexicanos, habían sembrado la semilla de la rebelión, misma que fué germinando lentamente y permeando de manera subrepticia entre las clases sociales oprimidas y marginadas y este problema, el gobierno de Porfirio Díaz no lo estaba identificando y seguía creciendo.
Para colmo de males, en 1907 se desata una fuerte crisis económica en Estados Unidos, que afectó de manera significativa el comercio internacional, trayendo como consecuencia la disminución de las exportaciones, el encarecimiento de las importaciones y la suspensión de créditos a la industria manufacturera y a la producción agrícola; ésto creó un fuerte desempleo, disminuyendo los ingresos per cápita de la población mexicana; además, en esa época; la población no sabia de crisis económicas ni nada de eso, por lo tanto, culpaba al gobierno de todos los males.
Otro factor desencadenante, durante 1908 y 1909, se presentó una grave sequía en México que provocó la pérdida de las cosechas en la mayor parte del país, ocasionando que el gobierno, ya de por sí abatido por la crisis económica internacional, tuviera que invertir 27 millones de pesos en la importación de maíz y aún así, solamente pudo cubrir al 85% de la población en materia alimentaria.
Aunque estos factores no eran atribuibles al gobierno de Porfirio Díaz, la gente de a pie, que no entendía de cuestiones económicas, se los cargaba a su gobierno porque impactaban directamente en su economía familiar y fueron factores que pesaron en la sociedad en contra del gobierno de Porfirio Díaz.
Esto trajo como consecuencia una disminución en la actividad económica en el país y la drástica reducción de ingresos del Gobierno Federal, que intentó como medida desesperada, castigar los sueldos de toda la burocracia y aumentar los impuestos y la base fiscal, haciendo reaccionar a la clase media en su contra; ahora, todos los sectores sociales ya estaban en contra del régimen porfirista; el único sector al que no se tocó en absoluto, fué el grupo de “Los Científicos”, todos ellos políticos, ricachones, hacendados y amigos de Porfirio Díaz. La crispación social estaba ya a flor de piel.
En 1908, la Pearson´s Magazine, una revista británica de publicación mensual envió al periodista canadiense James Creelman con el fin de entrevistar al Presidente Porfirio Díaz; ahí, en esa entrevista Díaz, entre otras cosas, le asegura a Creelman que México está preparado para cambiar de gobierno y seleccionar a su presidente, sin que exista el peligro de una revolución armada que estorbe al progreso del país, también aseguró que en 1910 terminaría su período y se retiraría. Al publicarse esta entrevista, se agitó el ambiente político, de inmediato surgieron tres personajes puestos y dispuestos para la sucesión presidencial: el jalisciense General Bernardo Reyes Ogazón, gobernador de Nuevo León, Benito Juárez Maza, gobernador de Oaxaca y el empresario y político coahuilense Francisco Ignacio Madero; desde luego, Díaz no estaba dispuesto a soltar el poder, pero ya lo había dicho, y ese fué su error.
El México Bárbaro, desnudó y exhibió por completo al régimen porfirista ante el mundo.
Aunque la imagen de Porfirio Díaz en el extranjero era muy buena, a nivel internacional era visto como un heróico militar y un gran estadista que había puesto a México a las puertas del primer mundo; pero atrás de esa fachada existía un México que no se veía, el México Bárbaro que era un hervidero de problemas y de injusticias sociales a punto de reventar.
En 1909, el periodista estadounidense John Kenneth Turner, a través de un trabajo periodístico de investigación, logró documentar y publicar una serie de diecisiete artículos que tituló “México Bárbaro”, dando a conocer al mundo (y a la mayoría de los mexicanos que lo desconocían por completo), las condiciones de verdadera esclavitud y abuso reinantes en algunas regiones del país, así como el casi exterminio de algunos grupos étnicos de México; artículos que fueron publicados por The American Magazine, en esa época símbolo del periodismo de investigación y de denuncia política y social en el mundo (a pesar de que inició como un periódico amarillista y sensacionalista). Y no solo eso, Turner vaticinó a través de sus artículos de investigación que se gestaba un movimiento social de grandes dimensiones.
Gracias a la investigación periodística de Turner, quien tuvo que hacerse pasar por un empresario y millonario estadounidense que buscaba invertir en México para poder tener acceso a muchos sitios e información, además para no levantar sospechas al gobierno porfirista; pues gracias a Turner, el mundo entero pudo saber cómo Porfirio Díaz tenía totalmente controlada a la prensa mexicana y estadounidense; expuso las brutales matanzas de indígenas Yaquis en Sonora y Rarámuris en Chihuahua y de como los Yaquis casi caen en el exterminio de la etnia.
También narraba cómo los Yaquis eran trasladados desde Guaymas, Sonora hasta Chiapas para ser vendidos como esclavos en la Península de Yucatán y de cómo ya en toda la península había 125 mil esclavos mayas, ocho mil esclavos yaquis comprados en Sonora y tres mil esclavos orientales entre chinos y coreanos; un grupo de cincuenta hacendados henequeneros lidereados por Don Enrique Cámara Zavala eran los amos y señores de toda la Península de Yucatán, y desde luego, se reportaban económicamente con el gobierno.
En Valle Nacional, Oaxaca, el hacendado Antonio Plá al frente de treinta hacendados tabacaleros controlaba la compra y venta de esclavos, ya fueran indígenas, mestizos y mexicanos; en ambos lugares, las condiciones eran horribles, el esclavo era azotado, nunca en su vida recibían un solo centavo, sólo se les daba comida y ropa cuando ya de plano no tuvieran nada que ponerse y cuando enfermaban o ya no podían trabajar, simplemente se les dejaba morir y compraban a otro esclavo.
En el negocio de los esclavos estaban inmiscuidos funcionarios de todos los niveles del gobierno de Porfirio Díaz, pero el negocio estaba encabezado nada menos que por el General Félix Díaz, sobrino del Presidente Díaz, y quien era el principal enganchador de esclavos hacia el sureste del País. Turner expone también como el 98% de los soldados del Ejército Mexicano, son también esclavizados con un sueldo infame y una alimentación denigrante y son forzados a permanecer en el ejército, donde parecen más prisioneros que soldados.
El periodista también desnuda por completo los contubernios de Díaz, tanto con la prensa estadounidense como con los grandes empresarios y multimillonarios gringos, quienes eran sus amigos y tenían las puertas abiertas para invertir y pagar salarios muy bajos, incluso venderles esclavos. La publicación de estos reportajes, representó un golpe muy duro para la imagen de Porfirio Díaz en el extranjero, y más todavía para muchos mexicanos que desconocían lo que estaba sucediendo en su propio país.
Elecciones federales de 1910, la gota que derramó el vaso
Ya en 1908 Díaz había anunciado que en 1910 al terminar su período se retiraría, todo mundo le creyó, se agitó el ambiente político y desde ese momento levantaron la mano varios suspirantes; uno de ellos Francisco Ignacio Madero González, quien entusiasmado fundó el Partido Nacional Antirreeleccionista y prácticamente comenzó a hacer giras por todo el país, ganando enorme popularidad.
Para las elecciones de 1910, Porfirio Díaz sacó de la jugada al General Bernardo Reyes enviándolo a Europa a una comisión diplomática y puso a amigos suyos como candidatos comparsas para volver a reelegirse, incluso un candidato independiente, Valentín Reséndiz, era su amigo; únicamente a Madero no lo pudo sacar de la contienda, pero ya se las arreglaría para hacerlo.
En plena campaña electoral en 1910, en un mitin en Monterrey, Madero es detenido por órdenes de Porfirio Díaz y acusado de rebelión y ultraje a las autoridades, es enviado a una prisión en San Luis Potosí. La popularidad que había ganado Madero era tanta que solamente así podía detenerlo Porfirio; el resultado de las elecciones fue una verdadera burla al pueblo, ganando Porfirio Díaz con el 98.96% de los votos, increíble; esta vez ya la burla el pueblo no se lo iba permitir.
Mientras tanto, en la cárcel potosina, Madero en su mente va ideando un manifiesto de rebeldía nacional contra Porfirio Díaz; el 6 de octubre de 1910 Madero se escapa de la cárcel y se va a San Antonio, Texas, en donde lanza el Plan de San Luis, haciendo un llamado a todo el pueblo mexicano a levantarse en armas contra el gobierno de Porfirio Díaz, emplazando para que el 20 de noviembre el pueblo tomara las armas en todo el país.
El 14 de noviembre de 1910, seis días antes de lo planeado por Madero, en Cuchillo Parado, Mpio. Coyame, Chihuahua, Toribio Ortega y Porfirio Ornelas al frente de setenta hombres armados inician la Revolución Mexicana; ante el apremio, Madero envía a Aquiles Serdán para que inicie el movimiento en Puebla, pero Serdán es asesinado por el ejército el 18 de noviembre, esto significó un golpe anímico al movimiento; parecía que el movimiento proclamado por Madero no iba a prosperar mas allá del levantamiento de Toribio Ortega en Cuchillo Parado, pero el 20 de noviembre, Pancho Villa toma San Andrés, Mpio. Riva Palacio, Chihuahua, Pascual Orozco y José de la Luz Blanco arrasan con el ejército porfirista en Guerrero, Chihuahua; después de la batalla, Pascual Orozco tuvo la osadía de enviarle todos los cadáveres de sus soldados a Porfirio Díaz, junto con el mensaje: “Ahí te van las hojas, mándame más tamales”, estas acciones de Villa y Orozco prendieron la mecha de la Revolución Mexicana, de inmediato José María Maytorena y Cesáreo Castro se levantaron en Coahuila; los hermanos Rómulo, Francisco y Ambrosio Figueroa Mata en Guerrero; Emiliano Zapata, Pablo Torres Burgos y Rafael Merino en Morelos y se inició la Revolución Mexicana.
Finalmente, con la Toma de Ciudad Juárez se provocó la renuncia y caída de Porfirio Díaz a la Presidencia de la República, pero la Revolución Mexicana estaba muy lejos de terminar ahí.
Pero, entonces ¿Cuándo terminó la Revolución Mexicana?
También aquí hay opiniones encontradas entre los historiadores, para unos terminó con la Constitución de 1917 y el Gobierno Constitucionalista de Venustiano Carranza; para otros terminó en 1920 al asumir la Presidencia de la República el General Álvaro Obregón; algunos mencionan que oficialmente se libraron 105 batallas durante el conflicto; otros aseguran que la última batalla se libró en 1929 en Jiménez, Chihuahua con la que se dió fin a la rebelión Escobarista.
El historiador Alfonso Taracena, considera que la Revolución Mexicana terminó en 1940 con la llegada a la Presidencia de la República del General Manuel Ávila Camacho, que fué quien le dio al país la estabilidad política, económica y la paz social que le permitió a México despegar hacia la modernidad.
Para el INEHRM, la Revolución Mexicana inicia en 1906 con la Huelga de Cananea y termina con la promulgación de la Constitución de 1917. En fin, la Historia de la Revolución es así, existen tantos datos, hechos y personajes, que es muy difícil poner de acuerdo a todos los historiadores.
Fuentes Bibliográficas:
- www.inehrm.gob.mx
- www.inah.gob.mx}
- www.cultura.gob.mx
- congresoweb.congresojal.gob.mx
- www.scielo.org.mx
- edomex.gob.mx
- históricas.unam.mx
- bbc.com
- infobae.com
- laizquierdadiario.mx
- es.wikipedia.org