A principios de junio, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, aseguró que las estimaciones del Gobierno Federal indicaban que, para las últimas fases del primer ciclo epidémico de COVID-19 en México, el país podría llegar a los 30 o 35 mil muertos. En ese entonces, también dijo que llegar a 60 mil muertes por COVID-19 sería un escenario catastrófico.
Dos meses después, cuando México llegó al catastrófico escenario de las 60 mil defunciones por COVID-19, el subsecretario López-Gatell sí lamentó los decesos, pero celebró que no hubieran sucedido en un “corto periodo”. Y hoy, cinco meses después, recién concluido del primer ciclo epidémico de COVID-19 y con más de un millón contagios confirmados (acumulados) y 100 mil fallecimientos por COVID-19, dice que dicha información “es un poco intrascendente”.
López-Gatell ya no habla del escenario catastrófico que él mismo planteó y ahora dice que, en términos de noticias, pareciera atractivo informar las cifras ‘redondas’; sin embargo, son versiones limitadas, porque si se toman en cuenta los casos estimados de contagio, son más. Y si se habla de los fallecidos, se trata de una “cantidad inusual” porque “no se tenía ningún antecedente previo”. Entonces, ante las “versiones limitadas” de algunos medios de comunicación, el subsecretario López-Gatell pide “no agregarle” dramatismo a la epidemia.
Estamos de acuerdo -hasta cierto punto- en que no se tenía ningún antecedente previo de una enfermedad infecciosa aguda que pudiera afectar la vida de tantas personas, y en que 30 mil, 35 mil, sesenta mil y más 60 mil muertos es una cantidad inusual.
Pues claro que no es usual, común o habitual que en tan solo ocho meses hayan muerto tantas personas. Es precisamente por eso que resulta incongruente e improcedente que López-Gatell le pida a los medios de comunicación que no sean ‘dramáticos’; es decir, que les pida que no informen sobre el “suceso infortunado de la vida real” llamado pandemia de COVID-19; mismo que, por obvias y naturales razones, ha sido “capaz de conmover vivamente”.
El caso es que más de un millón de contagios y más de 100 muertos por COVID-10 son, sin duda alguna, un hecho excesivamente dramático que no se debe ocultar, minimizar o desestimar. Y es que como bien lo ha dicho Arturo Erdely Ruiz, doctor en Ciencias Matemáticas y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, “es muy importante, muy trascendente, el mensaje que llegan a dar las autoridades, porque eso es lo que finalmente va a llevar a los ciudadanos a tomar decisiones”.
En esta ocasión, concluyo parafraseando lo dicho alguna vez por Albert Einstein: Estamos ante una crisis de cuyo alcance aún no se han dado cuenta quienes poseen el poder sobre las decisiones de gran trascendencia; así nos vemos arrastrados, impotentes, hacia una nueva catástrofe.
Aída María Holguín Baeza