El analista político advierte que López Obrador está cometiendo los mismos errores de su antecesor Enrique Peña Nieto con Ayotzinapa y busca, contra la realidad, controlar la narrativa y ‘encerrar’ la tragedia
CDMX.- El presidente Andrés Manuel López Obrador ha emprendido una lucha contra la realidad en Acapulco para controlar la narrativa de la tragedia, sin embargo, en esa pelea es el mandatario quien va perdiendo, asevera el periodista Raymundo Riva Palacio.
“Es cierto que la capacidad retórica de López Obrador es única, pero la devastación causada por Otis está a la altura de cualquier desafío. La lucha es realidad contra narrativa y, hasta ahora, el Presidente va perdiendo”, refiere en su artículo de hoy.
El analista asevera que el error del tabasqueño es haber operado políticamente la devastación de Otis en la costa de Guerrero, cuando debió “tratarla simplemente como lo que fue, un monstruoso huracán ante el cual poco se podía hacer”.
En los últimos días, López Obrador se ha mostrado molesto con los medios por la cobertura en Acapulco, sin embargo, para Riva Palacio la incomodidad del Presidente se debe a que la tragedia de Acapulco le quitó el control de la narrativa.
“La cobertura de los medios lo enfureció, como lo documentaron muchos periodistas. Lo que había sucedido es que Otis le arrebató el control de la narrativa y quedó rebasado por la realidad”, advierte en su análisis sobre la postura del mandatario en Acapulco.
COMETE AMLO EN ACAPULCO LOS MISMOS ERRORES DE PEÑA NIETO CON AYOTZINAPA
El periodista Raymundo Riva Palacio afirma que Acapulco es el Ayotzinapa de Andrés Manuel López Obrador porque está cometiendo los mismos errores que Enrique Peña Nieto con la desaparición de los 43.
Explica que al igual que su antecesor, el tabasqueño pretende desestimar la tragedia, en este caso la devastación dejada por Otis, y “encerrarla” en Acapulco y Coyuca de Benítez, los únicos dos municipios con declaratoria de emergencia, tras eliminarla para 45 municipios más.
“Hoy (AMLO) está luchando contra la realidad, cometiendo el mismo error de su antecesor, Enrique Peña Nieto, cuando desestimó la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
“Peña Nieto y su gobierno se equivocaron al pensar que todo se podría acotar a Guerrero. López Obrador piensa que con labia y distractores le dará la vuelta a Otis y lo encerrará en Acapulco y el vecino Coyuca de Benítez”, expone Riva Palacio.
En su análisis, el periodista añade que López Obrador debe tomar como aprendizaje el caso de su antecesor, quien “pagó sus omisiones y falta de sensibilidad con la acusación de ‘crimen de Estado’”.
…Y ADEMÁS EL PRESIDENTE MINTIÓ SOBRE DESCONOCER LA MAGNITUD DEL DESASTRE
Tras el impacto de Otis sobre las costas de Guerrero, López Obrador aseguró durante la mañanera del miércoles 25 de octubre desconocer la magnitud del desastre con el argumento de que se había perdido la comunicación. Sin embargo, ello fue una mentira, afirma Riva Palacio.
Citando a Miguel Ángel Godínez, columnista de Excélsior e hijo del exjefe del Estado Mayor Presidencial en el gobierno de José López Portillo, refiere que el Presidente sí fue informado por los secretarios de la Defensa y Marina, Luis Cresencio Sandoval y Rafael Ojeda, respectivamente.
“Poco antes de la mañanera, en el gabinete de seguridad, los secretarios de la Defensa, general Luis Cresencio Sandoval, y de la Marina, almirante Rafael Ojeda, le dieron el parte de lo que había causado”, indica el periodista.
De acuerdo con lo referido por Godínez en su columna del viernes 3 de noviembre en el medio de circulación nacional, el tabasqueño fue informado de la situación vía teléfono satelital de los detalles de los daños:
“No fue verdad lo que dijo el Presidente que carecía de información sobre la magnitud del desastre. La 27 Zona Militar, que comprende las regiones de Acapulco, Costa Chica y Costa Grande y que cubre 25 municipios de Guerrero, así como la IX Región Militar, la Sexta Zona Naval y la Décima Segunda Región Naval, dieron parte de novedades por teléfono satelital, señalando a detalle los daños causados por el huracán”.
A ello se suma que el Plan DN-III-E y el Plan Marina se activaron un día después, pese a la reacción temprana de Sandoval y Ojeda, porque el Presidente, como comandante supremo de las fuerzas armadas, dio la orden tarde.